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Decimos que unas condiciones son leoninas, o que alguien pone condiciones leoninas, cuando impone condiciones muy duras, abusivas o prácticamente imposibles de aceptar o de cumplir. Ejemplo: "En ese pesquero tienen un régimen de trabajo con unas condiciones leoninas, apenas disponen de ocho horas para comer y descansar", "Ese centro puso unas condiciones de estudio leoninas, apenas aprueban dos de cada diez".

El término leonina procede del adjetivo de león, pues esa locución nace de una antigua y famosa fábula, "El león y el onagro" (un asno salvaje), que fuera recogida por el gran fabulista griego Esopo en el siglo VI a.C., y más tarde por Fedro y La Fontaine. En ella se cuenta que unos animales fueron de caza, pero cuando llegó el momento de repartir las piezas capturadas, el león hizo tres partes y dijo: "La primera para mí, ya que soy el rey de la selva; quedan dos: otra para mí, puesto que vamos a medias en la caza, y la otra también; y tendréis problemas si no estáis de acuerdo con lo que digo".

Por su parte, el término "llevarse o quedarse con la parte del león" tiene el mismo origen en la citada fábula de Esopo. Significa obtener, normalmente de forma abusiva, la mejor parte o el mejor beneficio en algún asunto. Ejemplo: "Sí, supuestamente nos regalaron cinco cestas de Navidad, pero el jefe se las quedó y no nos dijo absolutamente nada".

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